TOUR DEL MONT BLANC (Julio 2012)


TOUR DEL MONT BLANC  (Julio 2012)


17 de Julio de 2012


Llegamos a Chamonix sobre las once de la mañana, ha sido una buena idea hacer noche en el camino ya que de esta manera estamos descansados y  tenemos tiempo para las compras de última hora. Después de barajar varias posibilidades nos decidimos por dejar el coche en Chamonix y utilizar el transporte público para llegar a nuestro punto de inicio, Les Houches.

A nuestra llegada, como si quisiera decirnos algo, se descubre ante nosotros la cima del Mont Blanc. Desde ese preciso momento empezamos a escuchar los ecos de su llamada que nos acompañaran durante toda nuestra travesía, haciéndose más fuerte según van avanzando las jornadas.



Después de una buena dosis de hidratos de carbono cogemos el autobús que une el valle de Chamonix  y que abandonaremos en su última parada Le Prairon. Desde este punto sale un telesilla que nos sube a Le Prairon, un corto descenso nos lleva al Col de Boza y cruzando las vias tomamos un camino que rápidamente desciende hasta nuestro primer refugio, Refugio de Les fioux. Se trata de un refugio privado regentado por un matrimonio muy agradable, está muy limpio y la comida es buena para encontrarnos en Francia. La única pega es que cobran el agua caliente luego dicen de los catalanes.


Refugio les fioux

18 de Julio de 2012


Como buenos madrugadores que somos nos levantamos los primeros, tenemos preparado el desayuno y nuestros anfitriones ya están dispuestos para atender nuestras necesidades que no son muchas. Dando el banderazo de salida oficial al Tour del Mont Blanc nos ponemos en marcha a las siete de la mañana. Con un ambiente fresco pero agradable para el tracking, retrocedemos sobre nuestros pasos hasta Le Col de Voza. Siguiendo las marcas del TMB primero junto a las vías del tren y luego dejando este a la izquierda descendemos hasta un puente tibetano que cruza el torrente del glaciar de bionnassay y que nos permite encarar el segundo collado de la jornada, Le Col de Tricot.


Desde este, la estampa es preciosa, aunque aún no lo sabemos esta etapa sera de las más bellas de todo el TMB. Durante la subida vemos reflejado en nuestros acompañantes, un abuelo y su nieto, la verdadera esencia del montañismo en Europa, que se trasmite de generación en generación y que nos permite, sobretodo, ser felices entre estas montañas.

chalets de miage

Un fuerte pero corto descenso nos conduce a los chalets de Miages y una vez rebasados ascendemos hasta el albergue de Le trucs. A partir de este punto una pista forestal desciende dirección a Les Contamines, esta vía, la más ortodoxa, nos resulta excesivamente suave por no decir aburrida, por lo que decidimos aumentar la dificultad desviándonos y tomando las indicaciones del Chemin Bernard que se dirigen al lac d´Armancette. Cruzamos el torrente que baja del lago y una senda estrecha zigzaguea por la ladera derecha hasta un paso imposible surgido del sudor de los hombres que lo esculpieron en la roca y que nos permitirá unirnos a la senda que sube de Les Contamines al refugio Tré la tête.


Les contamines desde el refugio de tré la tête

A pesar de que la belleza del paisaje y  la emoción de empezar una nueva aventura ha anestesiado nuestros sentidos, empezamos a notar los primeros síntomas de cansancio. Esto, unido a las vistas que nos rodean, hacen que alarguemos nuestro descanso y que intentemos cambiar impresiones de manera infructuosa con unos holandeses.


Afrontamos ya recuperados el último descenso del día que nos lleva al Refugio Nant-Barrant.


19 de Julio de 2012


La Croix de Bonhomme

Tras un copioso desayuno ponemos rumbo al col de Bonhomme y más tarde al col fours, altura máxima del TMB. Se trata de una subida larga aunque agradable sin grandes repechos. Después del col de Bonhomme la pendiente se suaviza hasta llegar a la Croix de Bonhomme.



Col de Bonhomme

En este punto la TMB desciende hasta Les Chapieux para ascender por carretera hasta La Ville de Glaciers. En nuestro caso tomamos la variante de Le Col de Fours bastante más exigente que la primera. Una vez en el collado decidimos acercarnos hasta el Col de Tufs para casi rozar los 3000 metros. El macizo del Mont Blanc se oculta por las nubes pero podemos disfrutar de buenas vistas a ambos lados. También disfrutamos de la compañía de una manada de "bouquetin", cabras salvajes que acostumbradas a la presencia humana nos permiten acercarnos y posan ante nuestra cámara. 

                                              

Bouquetin desde el Col de Tufs




Le Lac Jovet 













Una dura bajada nos espera para llegar al refugio Les Mottets menos mal que junto al arroyo nos encontramos con una granja de vacas donde nos venden una buena porción de queso. Un octogenario nos abre la cueva donde los guarda y nos ofrece una cata de sus mejores quesos, aunque todo el complejo no reúne la más mínima norma de seguridad alimentaria el resultado final es excepcional.


Ya en el refugio nos curamos de nuestras heridas y recuperamos fuerzas ya que han sido dos jornadas realmente duras, con desniveles acumulados que sobrepasan los 6000 metros y diez horas de marcha cada día.


Poco antes de la hora de la cena vemos llegar a nuestras amigas catalanas que conocimos el primer día y que con su guía, el mulo y sus variopintos acompañantes llegan extenuadas y mirando a su guía con cara de pocos amigos. Sin embargo en la montaña como en la vida lo que cuenta es la constancia y el esfuerzo, y allí están en el mismo sitio que nosotros.



20 de Julio de 2012


Nos espera en esta jornada una buena subida para calentar bien nuestros músculos hasta el Col de Seigne. Arriba esperamos a nuestros amigos italianos con los que hemos compartido la cena del día anterior y admiramos juntos la cima del Mont Blanc que juega con nuestros con cada vez más fuertes deseos de conquistarla, ocultándose bajo la niebla para volver a aparecer al rato, grande, majestuosa.


Glaciar de Miage

En este punto cruzamos la frontera por primera vez admiramos bajo nuestros pies "la bella Italia". Vemos al fondo del valle la morrena del glaciar de Miage y sobre el mapa decidimos cruzarlo e intentar subir al refugio Monzino. Y bien digo sobre el mapa porque en la realidad la senda que lo cruza es inexistente y debemos abrirnos paso a base de gps e intentar no quedarnos bloqueados en estas moles de hielo y piedra. Es nuestra primera experiencia en glaciar y la sensación es espeluznante, realmente está vivo, gracias a nuestro instinto y a nuestra experiencia en la montaña encontramos el camino que nos permite atravesarlo, no sin antes pasar algún que otro apuro.


glaciar de Miage




























El paso del glaciar nos retrasa hora y media por lo que decidimos olvidarnos de la excursión y dirigirnos directamente hacia La Maison Vieille. Un pequeño error de cálculo nos desvía del camino unos dos kilómetros obligándonos de nuevo a usar el gps y seguimos este, campo a través, trepando por un cortafuegos hasta cruzarnos con la senda original. Finalmente llegamos al Refugio bien entrada la tarde y después de doce horas de ruta. Justo antes de la cena llega la tormenta que esperábamos desde ayer.


21 de Julio de 2012


En esta cuarta jornada tenemos previsto dar un pequeño respiro a nuestras piernas y realizaremos una parada logística en Courmayeur. Descendemos hacia esta localidad por una senda bien marcada que con los remontes mecánicos sobre nuestras cabezas nos acerca a esta gran urbe turística, con una gran renombre sobretodo entre los esquiadores.



Dolonne


Un buen plato de pasta y una pizza gigante alegra nuestro estomago y nuestro espiritu. Paseamos por sus calles, hacemos algunas compras, nos comunicamos con nuestras familias y después de comer partimos hacia nuestro fin de etapa, Refugio BertoneLas vistas del Mont Blanc desde este refugio son las mejores de la ruta. Poco después de la puesta de sol se descubre ante nosotros, todos los días tiene una pequeña sonrisa para nosotros, la verdad es que la capa se encuentra en el fondo de la mochila y de momento no ha hecho falta para nada.

Mont Blanc desde Refugio Bertone

Por la noche podemos ver un espectáculo poco habitual, fuegos artificiales desde arriba que acompañados de este entorno son realmente bonitos.


22 de Julio de 2012



Otra mañana fría pero libre de nubes, un poco por encima del refugio vemos un excelente mirador donde nos detenemos para sacar la foto de rigor. Nos espera un día relativamente descansado por lo que decidimos desviarnos del TMB y darle un punto de dureza a esta etapa. Ascendemos por encima del refugio una media hora hasta la Testa Bernarda. A nuestras espaldas el Monte Bianco y al fondo del valle vemos como asoma la niebla que viene de Suiza. Por esta razón el aire es realmente frío  los pequeños pozos de agua que encontramos por el camino se encuentran helados síntoma de la temperatura que hemos tenido esta noche. Descendemos hasta un poco hasta el Col de Sapin cruzándonos con la senda que viene de Courmayeur, seguimos nuestro descenso hasta un cruce de caminos, el camino del valle nos lleva a la carretera, al frente el TMB y a la derecha, valle arriba, nuestro pequeña variante, Le Col Batallon de Aosta. Esta pequeña excursión fuera de ruta nos resulta realmente gratificante, seguimos una senda que de forma intermitente nos guía hasta el collado. Nos da la impresión, como así nos confirma más tarde la literatura, que éste fué un paso utilizado no hace muchos años de forma habitual. Ya en el damos buena cuenta de nuestras viandas y reposamos nuestros maltrechos cuerpos. 

Collado Batallón de Aosta


Descendemos de nuevo hacia la senda del TMB y retomando esta subimos un nuevo collado y con la compañía de los paseantes que suben desde el Refugio Bonati vamos quemando las últimas horas de esta etapa. Siempre en dirección norte y mantenemos una altura que nos permite ver en todo su explendor el macizo del Mont Blanc que se mantiene para nosotros libre de nubes. Una pequeña subida nos resta franquear para alcanzar el Refugio Elena.


Macizo del Mont Blanc desde Testa Bernarda


23 de Julio de 2012 

El servicio de la mayoría de los refugios es como el de un Hotel, ciertamente echamos de menos los aguerridos montañeros que regentan los refugios en España, fuente de sabiduría y de buenos consejos para los aficionados a la montaña. Intentamos suplir esta falta poniendo en práctica todas nuestras habilidades lingüísticas que para nuestra desgracia son más bien escasas. A pesar de nuestras carencias es agradable desempolvar mis conocimientos de francés, del inglés se encarga mi compañero de viajes, el italiano no necesita de un gran esfuerzo por nuestra parte sobretodo si se trata de una joven italiana y del Alemán huimos como gatos escaldados. 


Champex le lac

El Col de Ferret nos espera arriba de una manera engañosa porque aunque parece que lo tenemos encima de nuestras cabezas, deberemos girar a la izquierda, y no será hasta que estemos cerca de  él cuando nos enseñe su silueta. Nos encontramos en la frontera de suiza, se trata de un valle de pocos recursos y poco acorde con la imagen que tenemos de Suiza. Descendemos por él valle hasta la localidad de Ferret. A partir de este punto las guías recomiendan coger el autobús que nos lleva a Champex, sin embargo nos parece excesivo el lujo, con lo que evitamos únicamente el trozo de asfalto que une la fouly con Issert. El fondo del valle si se corresponde con las postales de verdes prados, pinos y casas de ensueños donde Heidi pasaba sus veranos. A la salida del pueblo tomamos una pista que se convertirá en senda y que desembocará directamente en Champex le lac. Se trata este de un lago precioso rodeado de hoteles y residencias de vacaciones donde los turistas pescan desde las barcas disfrutando de este remanso de paz.




Resta únicamente media hora de camino para llegar a Relais d´Arpette, un hotel en su edificio principal pero que dispone de habitaciones con literas que usa como albergue. 


Si bien cuando salimos de nuestro hogar la idea de culminar nuestra aventura con la ascensión al Mont Blanc era sólo una idea, durante estos días la visión de su cima ha hecho crecer dentro de nosotros este anhelo. Comprobamos la predicción metereológica y vemos que únicamente tenemos una opción. El buen tiempo durará hasta el día 27. Esta tarde los nervios se apoderan de nosotros, debemos tomar decisiones importantes que nos lleven a coronar con éxito la cima de Europa el amanecer del día 27. Intentamos hacer una reserva en el refugio de goûter pero nuestras esperanzas se fustran cuando nos dicen que no hay sitio, ¨complet¨. Dado que es necesario confirmar la reserva tres días antes, nuestra última oportunidad es conseguir plaza al día siguiente por la mañana. Gracias a una buena conexión a internet a las siete de la mañana vemos que hay dos plazas libres en el refugio, es necesaria la intervención de nuestra traductora personal. aquí en España, para que nos haga la reserva por teléfono inmediatamente. 


glaciar de Trient desde la Fenêtre d´Arpette


24 de Julio de 2012


La alegría que nos invade cuando nos confirman la reserva es inmensa. Nos ponemos en camino hacia la Fenêtre d´Arpette sin sentir el suelo bajo nuestros pies, es tal la emoción que pulverizamos los tiempos de subida y llegamos al collado con más de una hora de adelanto. No andábamos, volábamos sobre las rocas de la subida con sólo una cosa en la cabeza, EL MONT BLANC. Somos conscientes de que seguramente no tendremos otra oportunidad en nuestra vida de acometer esta gesta.    

vista desde la Fenêtre d´Arpette

El Glaciar de Trient nos muestra su deterioro, en otro tiempo un enorme glaciar que rozaba el fondo del valle, ha sido relegado a paredes libres de hielo cual decrépito solar de casa derruida. A pesar de ello su belleza es todavía soberbia, vemos desde nuestra atalaya todo el recorrido que nos queda hasta el col de Balme que intuimos se encuentra en el horizonte.  Un largo descenso nos lleva al fondo del valle para volver a remontar por un senda ancha y bien  trazada. Rebasamos un pequeño "alpage" (vivienda de verano en la montaña) en el que ondea una bandera suiza, se puede admirar el glaciar Des Grands y aprovechamos el lugar para recuperarnos con unos cacahuetes ya que la subida ha sido intensa. A partir de este punto es desnivel es prácticamente nulo y rodeando la montaña una hora más tarde divisaremos Le Col de Balme así como el refugio del mismo nombre. Aunque lo tenemos a nuestro alcance unos nubarrones se ciernen sobre nosotros por lo que deberemos acelerar el paso para llegar cuanto antes al refugio.

Valle de Trient y la Fenêtre de d´Arpette al fondo

 

Glaciar Le Grands


Va a ser esta nuestra última noche en el TMB pero merece esta una mención especial. Acostumbrados como estamos a hoteles de alta montaña nos encontramos hoy en una cabaña de pastores. La puedo denominar así no por su tamaño, dos pisos, sino por su abandono. Está regentado esta por un matrimonio mayor, de unos 80 años, a pesar de que la primera impresión no es la mejor, de que las críticas en Internet son feroces y de que la pareja en cuestión se sorprende de que queramos pasar allí la noche, decidimos finalmente alojarnos en el lugar. Pasamos por alto y de buen humor la falta de limpieza, de amabilidad, la ducha portátil con telarañas, el wc químico vomitivo y la escasa cena; pero con lo que no pudimos fue con la cama, literas de la segunda guerra mundial, si no eran de la primera, colchones de muelles con manchas indescriptibles y un ruido que era poco recomendable moverse ni un milímetro durante toda la noche. Por la mañana sin apenas haber dormido una hora seguida y con un dolor de huesos importante bajamos a desayunar. Tomamos nuestro desayuno intentando no exteriorizar nuestros sentimientos y pedimos la cuenta. Nuestro mayor consuelo era que aquella ¨entrañable¨ pareja nos cobraría un precio acorde con el servicio, gran error, fue el refugio más caro de todo el Tour, 60 Euros por cabeza. Debo confesar que la idea de salir corriendo del lugar sin pagar ni un Euro se nos pasó por la cabeza, en lugar de eso arramplamos con las chocolatinas que tenía en el mostrador a modo de pequeña venganza. 


25 de Julio de 2012


Descendemos hasta Les tour para volver a coger la misma linea de autobuses que nos llevó a Les Houches el primer día y regresar a nuestro punto de partida con ganas de quitarnos las botas y de ponernos ropa limpia. Descontando algunas ampollas en los pies que prácticamente están curadas o por lo menos nos hemos acostumbrado a ellas, nuestro estado de salud es excelente y la forma física muy buena. Aprovechamos este día para hacer algunas compras, comer bien, descansar y mentalizarnos para realizar una de las ascensiones más exigentes que hemos hecho y seguramente haremos en nuestra vida.

Las previsiones metereológicas se mantienen, debemos hacer cima el 27 de madrugada porque el tiempo empeora a partir del mediodía por lo que deberemos estar por debajo de los 3000 cuando eso ocurra. 


Encontramos alojamiento en un albergue altamente recomendable http://www.chamoniard.com/prix_FR.php con habitación compartida pero buenas instalaciones. Seguro repetiremos en posteriores vacaciones a Chamonix.


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